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Y había un hombre, cojo desde su nacimiento[a](A), al que llevaban y ponían diariamente a la puerta(B) del templo llamada la Hermosa, para que pidiera limosna(C) a los que entraban al templo. Este, viendo a Pedro y a Juan(D) que iban a entrar al templo, les pedía limosna. Entonces Pedro, junto con Juan, fijando su vista(E) en él, le dijo: «¡Míranos!».

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Footnotes

  1. Hechos 3:2 Lit. el vientre de su madre.